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Mostrando entradas de enero, 2011

Raíces

- Venga cariño, acaba de ponerte los zapatos que nos vamos. – Dijo con su dulce voz – Acabé de atarme los cordones de la mejor manera que sabía y me puse la ropa perfectamente ajustada, todo en su sitio, una vez más. Una de mis manías era (y sigue siendo, aunque de una forma menos compulsiva)  llevar la ropa bien igualada: las dos mangas del jersey a la misma altura, los dos calcetines bien subidos, los cordones de los zapatos apretados con la misma fuerza… y así infinidad de pequeños detalles.  Abrí la puerta de casa mientras ella cogía su bolso y poniéndome de puntillas alcancé el botón para llamar al ascensor.  Al llegar a la calle, fui directamente al coche y en cuanto ella abrió la puerta del conductor y se desbloquearon las otras, abrí la de atrás y enseguida bajé la ventanilla con la maneta. Era cinco de septiembre y el sol todavía picaba, y aunque no estaba en su horario álgido ya que eran las seis de la tarde, el coche parecía un horno, y nosotras estaríamos sudando com

Amistad

La amistad. ¿Qué entendemos por amistad? La verdad, es un concepto realmente complejo de definir. Muchos otros antes han intentado explicarlo y sin embargo, podemos encontrar versiones totalmente diferentes de qué es un amigo. Según la RAE, y de una manera simple, superficial y concisa, la amistad es un afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato . Esa es la definición de la palabra en sí, el significado del vocablo usado para designar un sentimiento. Pero, ¿qué pasa cuando intentamos explicar más profundamente lo que es la amistad? Creo que podríamos juntarnos con cientos de explicaciones, en las que encontraríamos similitudes, pero no habría dos iguales. Cada persona vive la amistad de una manera y es más, esa misma persona vive la amistad de una forma diferente con cada uno de sus amigos. Algunas personas alardean de tener decenas de amigos, cuando en realidad, amigos verdaderos, se pueden contar con los dedos de una m

Cuidados

Estereotipos. El hombre que cuida de su familia, que trabaja para que tengan un plato en la mesa cada día, que se desriñona de sol a sol para que no les falte nada… Bah, chorradas. Sí, a las mujeres les gusta que las cuiden y sentirse protegidas ante cualquier adversidad, pero, ¿acaso los hombres no tienen derecho a sentirse así también? Por supuesto, y es más, creo que es perfectamente compatible una cosa con la otra, puedes cuidar y ser cuidado a la vez. La cuestión es, que muchas veces se debe aprender a dejar de lado el orgullo, ese orgullo por mantener el estereotipo que la sociedad creó, de que los hombres se valen siempre por sí solos, que son autosuficientes y no necesitan cariño. Quizá, en condiciones normales, combatir ese orgullo parece complicado y ¿por qué no? innecesario. La necesidad llega cuando en invierno, a cero grados en el exterior y aún bajo el abrigo del hogar, la fiebre de la gripe te está matando. Es entonces cuando bajas las defensas y dices: “Cariño, me enc